- Esta es la lección final de la primera carta a Timoteo. Estoy seguro que han sido muy útiles y de mucha bendición, y en esta oportunidad no es la excepción. Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz. El último capítulo los versos 17 al 21 dicen: Lectura. En esta sección vamos a reflexionar acerca de dos mandatos: Uno para los ricos y el segundo para los ministros.
- El mandamiento es para los ricos, aquellas personas que tienen mucho dinero, se les ruega que no sean altanero, orgullosos o arrogantes. El mundo honra el dinero, las personas admiran a los ricos, quieren ser como ellos. La mayoría los coloca en un pedestal aunque su vida sea un mal ejemplo. Por eso es este mandato porque existe el riesgo de que la persona rica se vuelva altanero, orgulloso y arrogante, hasta el punto de sentirse superior a los demás. El mandato es claro no hay que tener esperanza en las riquezas porque recuerde son inciertas. Debemos de confiar en Dios, que él sea nuestra esperanza. Si usted llega a tener o tiene mucho dinero, haga el bien, haga buenas obras no para salvarse sino por amor y gratitud a Dios para llevar adelante la obra, para ser de bendición a los más necesitados.
- El otro encargo es a los siervos de Dios a guardar la fe, es decir a enseñar la Biblia, no cuentos, historias o novelas sino la Palabra de Dios, así usted maestro de Escuela dominical, líder, pastor evitará hablar vanas palabras sino predicará lo que dice la Biblia. Así evitaremos que nuestros discípulos se vayan de la iglesia por dejarse convencer por la filosofía, sicología o la religión. Y lo podemos defender con la última parte del capítulo el mandato es claro hermanos aléjate de la falsa enseñanza.
- Recuerda tener dinero no es malo, úsalo con sabiduría de acuerdo al propósito de Dios ora y pide que te guíe a tomar siempre buenas decisiones. Si enseñas la Biblia veras cambios reales en las vidas, que ella sea tu fuente principal, antes de preparar una lección una predica primero lee la Biblia luego busca libros y comentarios, no lo olvides si quieres tener resultados que duren por la eternidad.
- Que tengas un bendecido día para la gloria de Dios.
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