POR EN ACCIÓN

Aquella persona que ha depositado su fe en Jesucristo tiene vida eterna y a partir de ese momento anda por la vida con la naturaleza de Dios. Es necesario dejar claro que Dios no tiene nada que ver con el pecado, por eso el creyente no debe ceder a la carne, sino que tiene que reflejar en su vida, el fruto del Espíritu de Dios.

1. En primer lugar la palabra fruto es singular, por eso es que en los versos 22 y 23 se desarrolla una lista para ayudarnos a entender su naturaleza. El Espíritu tiene una naturaleza, un fruto. Por eso en éste día reflexiona ¿Tienes al Espíritu Santo? Si tu respuesta es sí, todos estos rasgos están presentes en ti desde el momento que depositaste tu fe en la obra de Cristo en la cruz. Recuerda el propósito es estar firme contra la carne.
2. En segundo lugar el que es de Cristo debe andar con la carne crucificada, es decir con la naturaleza crucificada. Recuerda eres propiedad y posesión de Cristo. Por eso no tienes por qué servir a la carne ahora tienes que servir a Cristo. 

Que tengas un bendecido día.